jueves, 3 de diciembre de 2009

SHOWMATCH CALIENTE: LA PELEA DE PACHANO Y ALFANO YA ES POLEMICA


EL RATING EXPLOTA DURANTE LAS PELEAS DE PACHANO Y ALFANO

El escandaloso choque entre el coreógrafo y Grace fue uno de los condimentos con los cual Showmatch derrotó a Botineras en el promedio final de rating: 24.1 a 20. Además, Ricardo Fort, Silvina Escudero, Rocío Guirao Díaz, Matías Alé y María Eugenia Ritó quedaron en la cuerda floja.

La noche estuvo más caliente que nunca. Y esto, más allá de los cinco sentenciados que arrojó la noche de El Musical de tus Sueños. Los cinco equipos nominados –los de Fort, Ritó, Silvina Escudero, Guirao Díaz, Matías Alé- naufragaron entre nervios, ansiedades y tensiones con el clima que se instaló en el estudio de Showmatch, por el tremendo cruce entre Graciela Alfano y gran parte del resto del elenco de la competencia.

En un momento, Graciela Alfano sorprendió con su afirmación, cuando fue requerida por Tinelli: “Marcelo, he recibido amenazas”. A continuación, Grace dijo que ella siempre va en son de paz al estudio y con la capacidad y paciencia como para aguantar los ataques que, según ella, sufrió de Pachano. El coreógrafo tomó la palabra y estalló: “Me dijeron que soy un jeroglífico egipcio. Y me vestí de bandera argentina porque creo que estoy al lado de Evita, porque se adjudica la voz del pueblo”.

Y siguió con su alegato: “Además, recibí dos llamados telefónicos groseros, uno el domingo a las seis de la mañana”. Alfano intentaba con todos sus recursos interrumpir el monólogo de Pachano (“Yo no tengo nada que ver”), y continuó: “Lo llamó –por Alfano- a mi representante, Jorge Brunelli, y amenazó con mostrar un supuesto video mío en una discoteca que me comprometería. Y, además se dedicó a decir que soy enfermo de HIV. Es muy grave para mi familia. Y lo negás, como buena psicópata que sos”.

El representante de Pachano, impertérrito, ratificó con gesto adusto lo que acababa de decir Aníbal. Y, dirigiéndose a Graciela, le espetó: “Vos sabés muy bien lo que me dijiste. Y vos sí hablás conmigo. Estás faltando a la verdad, Graciela”. Y, ya dirigiéndose a Tinelli, siguió: “En un pasillo de la productora, Graciela me dijo que Pachano estaba enfermo de sida y que tenia un video de él en Club 69 muy comprometedor. Tengo mi conciencia tranquila, no estoy mintiendo y ella lo sabe”.
La afirmación de Brunelli creó un clima de tensión tan grande en el estudio que el aire se cortaba con cortaplumas.

Alfano todo el tiempo negaba la versión. Y, a los gritos, trataba de imponer su voz: “No hay pruebas, vas a recibir una carta documento. Hacés todo para beneficiar a tu representado”, vociferaba casi saltando en su butaca. Pachano no se quedo atrás y, también a los gritos, aseguro que “su abogada iba a arreglar el asunto”. Alfano no se daba por vencida: “Este tipo me dijo psicópata, tengo vergüenza de estar en el jurado. Es la peor experiencia que tuve acá. Nunca en mis 40 años de trayectoria pensé que podía pasar esto y que los medios iban a llegar tan bajo”. Pero aún faltaba más…

Llegaba el turno de la presentación de Silvina Escudero, quien antes de bailar mostró un chichoneo, hasta simpático, con Ricardo Fort. Tinelli le dijo que el musculoso muere de amor por ella y Ricky, desde el control, aseguró que respetaba su relación con Alé, pero que podía pasar por su camarín cuando quisiera. Hasta ahí, la cosa pintaba para juego dialéctico y nada más.

Una vez que Silvina bailó el tema “No me arrepiento de este amor”, de Gilda, el jurado empezó a calificarla. Y ahí empezó a tallar, otra vez la figura de Graciela Alfano. Le puso una de sus notas más bajas (6) y argumentó: “Estoy exigente, no me gustó ni la propuesta ni el baile. Miran todo el tiempo a la cámara y es el grupo más flojo. Me aburren mucho”.

Con los tapones de punta y sin medir consecuencias, Pachano marcó sus diferencias con su colega: “Silvina, yo te felicito. Las figuras fueron brutales y tuvieron muy buenos trucos. Sos una excelente bailarina y no interesan los años de experiencia sino lo que uno hace”. Reina Reech, por su parte siguió en la línea de Pachano, y puso el primer diez de la noche: “Fue excelente, me impresionó el diseño en el espacio. Te adoro, Silvina”. La Lynch no fue menos: “Fascinante. Y hago hincapié en el truco tan difícil que hicieron. Fueron lo mejor de la noche”. Hasta ahí parecía que las aguas se calmaban. Pero…

Silvina quiso explicar su molestia del martes, cuando Alfano le pidió a su hermana Vanina que bailara con el corazón: “Soy producto de mi familia –aseguró, Silvina-. Adoro mi trabajo y le agradezco a Carmen Barbieri por haberme metido en los medios. Pero no soy producto de Alfano como ella asegura”. Alfano salió al ruedo: negó todas las acusaciones y adoptó el papel de víctima: “Me avala mi trayectoria. ¿Hay alguien más que me quiera pegar? Yo no tengo un papá atrás mío ni ningún respaldo. Una agencia de publicidad dijo que soy una marca paraguas. Y de mi marca sale una sub-marca como Alé y la señorita. No lo digo yo, es la expresión de un publicista”. Y si bien dijo que no se referiría a la actual pareja de Alé, agregó: “Jamás tendría una hija como Silvina Escudero. Mis hijos son unos señores”. ¿¿¿¡¡¡Para qué???!!!!

Eramos pocos y se zambulló el padre de las hermanas sobre el micrófono: “Gracias a Dios a mi familia no la tuve que llevar a la fundación Favaloro para ponerles corazón. Tienen corazón desde el nacimiento”. ¡¡¡Chan!!!
El entredicho que siguió entre Matías Alé y Maria Eugenia Ritó fue un juego de niños al lado de la pelea anterior. Matías acusó a La Ritó: “Se cree que es Barbra Streisand o Celine Dion. Amagó con irse, ¿no?”, se preguntó irónico.

¿Y quién volvió a escena después del baile de Matías? Graciela Alfano. Alé bailó el tema “Y voló, voló”, de Rodrigo. Graciela fue terminante: “Esto no estuvo solamente mal bailado, sino que los pasos estuvieron fuera de lugar. Te veo pesado, te cuesta levantar, no me gustó nada. Horrible”, y le plantó ahí nomás un cinco, su nota más baja de los últimos meses. Pachano y Reina Reech estuvieron más benévolos y le dijeron a Alé que puede dar más, mientras que Valeria justificó las desprolijidades del baile por el clima de tensión que se respiraba previamente.

Después pasaron Adabel Guerrero y Laura Oliva, pero nada fue como era entonces. El escándalo había estallado y el foco de atención estaba en otro lado. En una noche que tuvo el fuego de los celos, la envidia y las agresiones en el centro de la escena.


Via Redacción DiarioShow

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